domingo, 7 de diciembre de 2014

El lápiz de Jorge Miranda. La esencia de las cosas.



Una muchedumbre enfurecida acude al ayuntamiento gritando. El alcalde Quimby pregunta a uno de sus ayudantes;
  • ¿La gente se está volviendo más tonta o más ruidosa?
  • Más tonta señor.
Esta conversación de Los Simpson, ilustra perfectamente lo que está pasando en España con el problema de los ultras en el fútbol. Los hechos acontecidos por la muerte de un aficionado radical perteneciente a los Riazor Blues a manos de los ultras radicales del Atlético de Madrid, ha desencadenado una oleada de estupidez y periodismo de bar cutre.
Como la gente se está volviendo más tonta las medidas por parte de las instituciones implicadas no quieren ser menos, y por lo tanto van a dar al pueblo lo que el pueblo pide, contundencia, sanciones, expulsiones y muchas palabras de repulsa, pero muchas muchas, que quede bien claro que no están a favor de que se tiren personas a un río después de haber sido apaleadas.
En este país se está gestando algo y parece que muy poca gente se da cuenta, y el que se da cuenta mira para otro lado, la sola idea de pensarlo le aterra. Lo del fútbol es una máscara, es un canalizador, el que piense que esto es sólo un problema del fútbol no tiene muchas luces. El fútbol es la excusa de algo más grande, de algo muy antiguo. Este país está muy movido, se huele en el ambiente. El germen ha ido creciendo lenta pero inexorablemente, como una sucesión de jugadas lógicas en una partida de ajedrez, y da la sensación que la partida está en ese punto en la que empiezan a pasar cosas, en que ya empiezan a caer los primeros peones.
Hay que analizar la esencia de las cosas para entenderlas, de no ser así podemos caer fácilmente en una maraña de hechos superficiales que nos van a llevar de rama en rama, en vez de ir a las raíces. No son peleas de fútbol, los del Depor no odian a los del Atlético porque una vez en un partido uno envió a segunda al otro. Los bucaneros de Vallecas no odian a los Ultra Sur del Madrid por tener mucho más presupuesto que ellos. Si los expulsas de los campos, cosa que hay que hacer, se darán de palos en festivales de música o en la feria del libro si hace falta. En España todo es política, y cada vez más radicalizada. Cada día hay más extremistas, y cada día son más extremos.
España es un país en eterno conflicto, si no es con el vecino, es con el pueblo de al lado. Provincias enfrentadas dentro de la misma comunidad. Comunidades enfrentadas dentro del mismo país. Tortilla de patata con o sin cebolla, Madrid o Barsa, Unidad contra independencia, izquierda contra derecha. El motivo carece de sentido, lo importante es el enfrentamiento. No existen los tonos grises, no tienen cabida en un conflicto.
Vamos a vivir tiempos revueltos, del tradicional bipartidismo a una amalgama de partidos condenados a no entenderse, de la moderación al extremismo y todo esto aderezado con unas gotitas de crisis económica y paro, que vienen muy bien para alimentar a la bestia.

Estamos a tiempo de pararlo, pero no lo vamos a hacer. En el fondo lo buscamos, aunque esto suene a subconsciente colectivo Freudiano. España se encuentra cómoda en el enfrentamiento, no sabemos ser de otra manera.

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